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La Quintana


Statua di San Emidio in argento - Ascoli, Museo Diocesano

La Quintana de Ascoli vive momentos y tiempos distintos, que siguen el proceso ritual de las antiguas celebraciones ciudadanas, detalladamente descritas en los Statuti (Estatutos) y en los documenti anzianali ("documentos de los ancianos") medievales: el juramento, la lectura del bando, la "exposición" del nuevo Palio (guión) y el desfile del día de S. Ana, que coincide con el estreno de las fiestas patronales; las competiciones de los sbandieratori y de los arqueros; las fiestas en las tabernas de los Sestieri; la ceremonia de la ofrenda del cirio grande del Ayuntamiento y de los cirios de los gremios al obispo; la bendición de los caballeros por parte del obispo y el sorteo del orden de asalto al sarraceno, la víspera de la justa (torneo); por fin, todo el desfile histórico con sus espléndidos y fieles trajes históricos (algunos de los cuales se inspiran en los trajes de las pinturas del Maestro de Offida o de Carlo Crivelli) y la justa en el campo, el primer domingo de agosto.
Hoy como ayer, la ciudad vive por dentro y por fuera su manifestación: a partir del obispo y del Capitolo (consejo de los canónigos) de la catedral al alcalde y las mayores autoridades locales, hasta el más joven de los sestieranti que desde niño empieza a impregnarse del espíritu de la Quintana.

Acercarse a la Quintana, con sus complejas ceremonias, significa hundirse en una representación de los rituales de la vida pública, de la cual la fiesta representa un elemento simbólico central, una especie de llave de lectura inmediata.

También la tipología urbana, en sus espacios mayores (la plaza "pública" del Arengo; la incomparable belleza de Piazza del Popolo, desde siglos harmoniosa "tertulia" de la vida ciudadana; la "piazza de socto", dedicada a Ventidio Basso, desde la cual cada año sale el desfile histórico) y espacios menores (las pequeñas plazas de las barriadas y el enredo de calles y "ruas" = calles antiguas muy estrechas, iglesias, casas y torres) cercados de las antiguas murallas de forma circular, que por medio de las puertas se abren y vigilan sobre los territorios y castillos del Comité territorial, se presta a la organización del aparato escénico funcional a la fiesta y a sus ceremonias: decoraciones, luminarias, músicas y, como señal de efecto inmediato, los colores; los de los paños, los gonfalones, las banderas y los trajes de los Sestieri y los del Palio (guión).

 
 
Un momento dei giochi notturni nelle feste medievali

Además de la fascinación que alcanza trasmitir incluso a los que se acercan a ella por primera vez y sin ningún conocimiento específico y pasión por la competición, la Quintana es entonces una expresión compleja y compuesta de elementos lúdicos y rituales distintos, que encuentran su elemento unificador en la fiesta patronal de S. Emidio.

Ésta vuelve a vivir cada año en un espacio humano y monumental, en la civitas de sus habitantes y en la urbs histórico-arquitectónica, donde personas y piedras son actores que tienen la misma relevancia y definen recíprocamente una identidad que parece una especie de mónada irreducible.
 
De esta manera la fascinación de la manifestación consiste en ser mágicamente antigua y moderna: actual y palpitante con el juego que se hace crónaca, pasión, partecipación, deporte; antigua en su enlazarse con una tradición secular, en su reflejarse en los monumentos de uno de los más bellos cascos antiguos italianos.

La Quintana vuelve a nacer e irrumpe en el tiempo ordinario de las noches medievales, cuando la fiesta de S. Emidio se celebraba patronal "con solemnità de jochi et de balli, allegramente" (con celebraciones de juegos y bailes, alegramente). Alegramente, cabalmente: no inconsciente e inadvertidamente, sino con la fiereza y el conocimiento de una cultura que supo expresar valores humanos, culturales y artísticos únicos de verdad.

También la tipología urbana, en sus espacios mayores (la plaza "pública" del Arengo; la incomparable belleza de Piazza del Popolo, desde siglos harmoniosa "tertulia" de la vida ciudadana; la "piazza de socto", dedicada a Ventidio Basso, desde la cual cada año sale el desfile histórico) y espacios menores (las pequeñas plazas de las barriadas y el enredo de calles y "ruas" = calles antiguas muy estrechas, iglesias, casas y torres) cercados de las antiguas murallas de forma circular, que por medio de las puertas se abren y vigilan sobre los territorios y castillos del Comité territorial, se presta a la organización del aparato escénico funcional a la fiesta y a sus ceremonias: decoraciones, luminarias, músicas y, como señal de efecto inmediato, los colores; los de los paños, los gonfalones, las banderas y los trajes de los Sestieri y los del Palio (guión).